Es probablemente uno de los instrumentos más utilizados y
antiguos dentro de la investigación científica, debido a un
procedimiento fácil de aplicar, directo y que exige s de tabulación
muy sencillas. Es el medio preferido de los investigadores sociales,
aunque también para los psicólogos es una herramienta importante
en los procesos de introspección y extrospección. Pero
independientemente de las preferencias y tendencias que existan
entre las diferentes disciplinas, podemos afirmar que el acto de
observar y de percibir se constituyen en los principales vehículos del
conocimiento humano, ya que por medio de la vida tenemos acceso
a todo el complejo mundo objetivo que nos rodea. Prácticamente la
ciencia inicia su procedimiento de conocimiento por medio de la
observación, ya que es la forma más directa e inmediata de conocer
los fenómenos y las cosas.
Tradicionalmente el acto de "observar" se asocia con el
proceso de mirar con cierta atención una cosa, actividad o
fenómeno, o sea concentrar toda su capacidad sensitiva en algo por
lo cual estamos particularmente interesados. A diferencia del
“mirar”, que comporta sólo un fijar la vista con atención la
"observación" exige una actitud, una postura y un fin determinado en
relación con la cosa que se observa. El observador fija su atención
en una finalidad de la que se tiene clara conciencia, la cual le
proporcione la justa postura frente al objeto de la observación. El
proceso de observación exige tener un plan o por lo menos algunas
directrices determinadas en relación con lo que se quiere o espera
observar. Quiéralo o no, la observación tiene un carácter selectivo.
Para los psicólogos e investigadores, la observación
necesariamente implica el análisis y la síntesis, la actuación del de la
percepción y la interpretación de lo percibido. O sea la capacidad
para descomponer o identificar las partes de un todo y reunificarlas
para reconstruir este todo. La actividad analítico-sintética desempeña un papel importante te en el proceso
de la cognición y sin su concurso se haría imposible el proceso de
observación. Pero esta actividad analítico-sintética no sería también
posible sin la ayuda de la percepción, es decir, esa facultad para
identificar y conocer el conjunto de cualidades y partes de los
objetos y fenómenos de la realidad que actúan directamente sobre
los sentidos, ya que por medio de éstos sólo se conocen algunas
cualidades aisladas. Por medio de la percepción el hombre conoce
las "cosas" de la realidad y no cualidades aisladas.
Pero si bien la observación como un medio directo
conocimiento ya era utilizada en la Grecia antigua, en cambio como
procedimiento sistemático y científico, como técnica de estudio, es
de uso muy reciente, ya que ésta fue popularizada y difundida por
los antropólogos, particularmente Morgan, Tylor, Malinowski y otros,
que hicieron de la observación el instrumento metodológico y de
recolección de información por excelencia de esta disciplina.
Aunque la observación fue utilizada como verdadera técnica de
conocimiento por Aristóteles, como el propio filósofo griego lo
confiesa en su obra La política, sólo en nuestro siglo adquiere una
dimensión realmente científica, o sea como el procedimiento que
usan en forma sistemática nuestros sentidos en la búsqueda de
información y datos que necesitamos para resolver problemas y
comprobar hipótesis. A diferencia de la observación cotidiana que
hace parte de nuestra experiencia vital, y la cual es asistemática y
no tiene la mayoría de las veces un objetivo preciso, la observación
científica es fundamentalmente sistemática, objetiva y posee los
mecanismos de control que impiden caer en algunos errores propios
de la subjetividad, de la ambigüedad y de la confusión.
Es unánime entre los defensores de la observación afirmar que
se trata de una técnica que nos permite percibir directamente, sin
intermediarios que deformen la percepción, los hechos de la realidad
objetiva, con lo cual se eliminan las deformaciones subjetivas
propias de otras técnicas indirectas.
Pero si bien son enormes las ventajas que posee esta técnica,
son muchas también las desventajas que tiene, aunque la mayoría fácil de resolver y solucionar. Se plantea que
humanamente es imposible que una sola persona pueda observar
todo lo que se propone. Quiérase o no, la capacidad de observación
de las personas es limitada y para que esta observación sea
completa y objetiva, se requieren muchos ojos que
observen. Algunos autores han planteado que el proceso de
selección de las personas es diferente, ya que la forma de percibir
también es diferente. Otras veces esta observación se torna
subjetiva debido a que entre la gente existe la tendencia de “ver” que
se sabe o lo que se quiere ver, pero no lo que realmente es “. Las
ideas fijas, los estereotipos y los prejuicios se convierten en una
pesada carga en el instante de observar. De ahí la preocupación de
los etnógrafos y de los antropólogos por superar estas limitaciones,
para lo cual se busca preparar el personal para que pueda observar
objetivamente y sacudirse de las preconcepciones y de los
prejuicios, y de esta manera enfrentarse con el proceso de
observación "limpios" de todo tique se pueda convertir en un factor
negativo en el instante de describir lo observado.
Algunos investigadores plantean que es muy difícil prescindir la
interpretación en el momento de describir lo observado, porque
quiérase o no, en esta actividad descriptiva se refleja el tono
expresivo de cada uno, sus ideas, su clase social, su formación
cultural, etc. que a la postre lo conduce a darle inconscientemente
un sello personal a lo observado. Lo ideal sería alcanzar un
consenso entre un conjunto de personas que centran su atención en
puntos comunes.
Uno de los problemas más complejos y más difíciles de
resolver, es sin lugar a dudas el registro de las observaciones, frente
al cual existen posiciones muy encontradas. Se han sugerido las
técnicas y los métodos más dispares para alcanzar un “óptimo
registro" de las observaciones, los cuales van desde rígidos
protocolos utilizados en los experimentos y en las observaciones
clínicas, hasta las modalidades más libres y asistemáticas.
¿Es posible identificar algunos elementos básicos que
participan en un proceso de observación? Diversos autores hacen
referencia a los siguientes elementos:
- El sujeto
- El objeto
- Los medios
- Los instrumentos
- El marco teórico
- El sujeto no es otra cosa que el observador, o sea la persona o las personas que observan los fenómenos o las cosas seleccionadas con tal propósito.
- El objeto es lo que se observa, que de hecho constituiría el "acto de conocimiento”.
- Los medios se refieren a los sentidos propiamente dichos particularmente la vista y el oído, los cuales nos permitirá conocer y percibir las cosas y fenómenos.
- Los instrumentos son los medios que sirven de punto de apoyo a los medios de observación, es decir, toda aquella tecnología que de una u otra forma nos ayuda a registrar y captar lo observado (grabadora, fotografía, video, cine, etc.).
- Finalmente el marco teórico se refiere a todos aquellos aspectos teóricos que nos servirán de guía y de base en el proceso de la observación.
La observación no participante
Como su nombre lo indica, es
aquella donde el observador permanece ajeno a la situación que
observa. Aquí el observador estudia el grupo y permanece
separado de él. Duverger en su obra Métodos de las ciencias
sociales la denomina "observación-reportaje”, quizás por el parecido
que tiene con la técnica empleada por los periodistas. Aquí se
incluyen una gama muy variada y de observaciones. Por ejemplo, la
observación indirecta por interrogación, que incluye lo que
normalmente se denominan entrevistas, aplicación de cuestionarios,
aplicación de formularios censales, etc. Se observan las conductas
simbólicas (verbales o escritas) de los encuestados, en respuesta a
nuestras preguntas o estímulos. Entre estos tipos de observación
indirecta se incluyen las estructuradas y las inestructuradas. Las
primeras son sistemáticas, cerradas y las conductas verbales son
estratégicas, provocadas y controladas. Las segundas son abiertas
y en general no requieren estandarizaciones, uniformidad, ya que
sus procedimientos son flexibles y dan margen para que el encuestado o el sujeto observado, se exprese y se
explaye libremente.
La observación directa
Se refiere al método que describe la
situación en la que el observador es físicamente presentado y
personalmente éste maneja lo que sucede.
La observación participante
Es muy utilizada por los sociólogos y
los antropólogos en las investigaciones sociales, se refiere a una
modalidad donde el fenómeno se conoce desde dentro. Es natural
cuando el observador pertenece a la comunidad donde se observa,
y artificial cuando el investigador se integra a la comunidad con el
objeto de hacer parte de ella y facilitar el trabajo de recolección de
datos.
También dentro de esta amplia gama y variantes de la
observación, nos encontramos con las observaciones individuales y
por grupos. Las individuales son aquellas en que solamente el
investigador es quien hace la observación, y por grupos, cuando es
efectuada por un grupo de personas, la cual puede a su vez tener
diversas variantes, ya que en un grupo todos pueden hacer la misma
observación, o bien tratar cada uno un aspecto diferente. De igual
manera se habla de la observación de campo, que se realiza
directamente ante la realidad y en el momento mismo en que se
sucede el hecho o suceso observado, y la observación de
laboratorio, donde tanto el hecho o suceso observado como el
proceso de observación, son artificiales y provocados.
La observación sistemática y estructurada
En general este tipo de observación se asocia con la
investigación tradicional y de tipo cualitativo, la cual se caracteriza
por asignar números y valores cuantitativos a los procesos o hechos
observados. De esa manera se busca simplificar la presentación y
la comprensión de los mismos, y ofrecer algunas respuestas o
soluciones precisas a los problemas y situaciones observadas. Se
parte del supuesto de que la observación adquiere mayor
"objetividad" cuando los datos obtenidos son susceptibles de
cuantificación y cuando son organizados sistemáticamente, y en
general cuando ésta se puede obtener por medio de escalas que se
utilizan como medida y punto de referencia de la observación. En las escala se convierte
una serie de hechos cualitativos a los que denominamos atributos en
una serie cuantitativa a la que identificamos con el nombre de
variables.
Los partidarios de esta modalidad de observación parten del
supuesto de que la escala da siempre por sentada la hipótesis de la
existencia de un continuo de alguna especie, o sea, una gradación
de los atributos que se observarán. La naturaleza de esta gradación
puede inferirse del tipo de fenómeno se escoge para que se
constituya la escala.
La observación sistemática y estructurada, sujeta a un plan
específico, puede tener lugar tanto en el campo de los ambientes
naturales como en los experimentos controlados. En el campo de
las ciencias sociales y humanas la observación sistemática se
enfrenta a muchos problemas, debido principalmente a la gran
cantidad de datos e información que le corresponde recoger para
comprender un fenómeno o proceso observado, en cambio en las
experiencias de laboratorio, el investigador puede preparar los
aspectos principales de la situación de tal manera que puedan
satisfacer sus fines de investigación y reducir el peligro de
interferencias inesperadas, ocasionadas por factores externos y
ajenos a la investigación propiamente dicha.
Este excesivo control que encontramos en algunos casos
donde la actividad de observación queda reducida muchas veces al
registro de la presencia, ausencia o la intensidad de ciertos
fenómenos ya predeterminados y previamente establecidos, parece
constituirse en uno de los puntos desfavorables de esta
modalidad. En la mayoría de los casos, con el objeto de medir la
cantidad y dirección de los tipos significativos de conducta, muchos
investigadores han elaborado una serie de categorías fiables para la
observación sistemática y su resumen escrito.
Todo ello nos está señalando que la observación estructurada
ha sido utilizada principalmente en estudios que comienzan con
formulaciones relativamente específica es un procedimiento que
tiene poca libertad en la elección de los contenidos observados,
como sucede en el caso de la observación no estructurada. En general, se parte del supuesto de
cómo las situaciones y problemas de una investigación han sido ya
determinados, el observador se encuentra en condiciones de
predeterminar las categorías en los términos que desea
observar. Para evitar y soslayar los problemas mecánicos en la
observación y en los errores de fiabilidad, se prueban estas
categorías o se plantean más claramente para proveer de datos
fiables a las preguntas que han de ser contestadas.
Muchos interrogantes surgen frente al marco de referencia
debe existir en torno a la actividad del observador. Se opta por
catalogar el comportamiento de una persona en términos de la
intención que el interlocutor tiene probablemente. De ahí que este
marco de referencia deberá operacionalizarse necesariamente en
términos de escalas, las cuales posibilitarán observar y medir
características muy diversas de los fenómenos sociales en la forma
más objetiva posible. El tipo de escala más utilizada en la
observación estructurada es sin lugar a dudas la escala de actitudes,
de las cuales existe una gama muy diferente, la mayoría de las
cuales son muy usadas en las ciencias sociales y humanas: escalas
de ordenación, de intensidad, de distancia social, de Thurstone,
Lickert, Guttman, etc. Aquí el término "actitud" tiene significados
diversos, ya que si bien en general se le define o se le relaciona con
un tipo de postura del cuerpo humano que revela cierto estado de
ánimo, sentimiento o acción, a nivel psicológico se habla de la
actitud como una tendencia a la acción adquirida en el ambiente en
que se vive y derivada de experiencias personales O quizás un
estado de disposición psicológica, adquirida y organizada a través
de la propia experiencia que incita al individuo a reaccionar de una
manera característica frente a determinadas personas, objetos o
situaciones.
Para poder cuantificar o medir lo observado a través de una
escala establecida como punto de referencia, los elementos
observados se deben reducir a conductas, comportamientos o actos
objetivos, y de esta manera poder definir e identificar claramente los
diversos elementos que componen el proceso o el fenómeno
observado.
La observación participante
Esta modalidad es una de las principales técnica de los
antropólogos, etnógrafos, psicólogos experimentales y, en general,
investigadores sociales. Una de las premisas básicas del
investigador que opta por esta técnica de recopilación de datos es
pasar el mayor tiempo con los individuos que estudia y vivir del
mismo modo que ellos. Normalmente vive su experiencia y vida
cotidiana con el propósito de conocer directamente todo aquello que
a su juicio puede constituir en una información sobre las personas o
grupos que se observan. Por medio de este procedimiento se
pueden conocer todos los aspectos y definiciones que posee cada
individuo sobre la realidad y los constructos que organizan sus
mundos.
Se trata por lo general de una modalidad y una estrategia no
valorativa de recogida de datos, y su objetivo principal es la
descripción auténtica de grupos sociales y escenarios naturales. En
el caso específico de la educación, se utiliza para la realización de
estudios de evaluación, descripción e interpretación en el ámbito
educativo. Es un método activo, donde al investigador le
corresponde asumir múltiples roles y la comunidad le exige
integrarse a su vida y actividades para conocerla e investigarla. La
fórmula que se plantea es muy simple: conocer la vida de un grupo
desde el interior del mismo. No podría ser de otra forma, ya que es
muy difícil captar los fenómenos, procesos y diversas instancias de
una realidad desde fuera del grupo, y menos aún comprenderla.
Como ya lo señalamos anteriormente, la observación
participante se plantea en dos niveles: natural, cuando el observador
pertenece a la misma comunidad o grupo donde se investiga, y
artificial, cuando el observador se integra en el grupo con el objeto
de realizar una investigación. En la mayoría de los casos, estas dos
modalidades se integran y se complementan, ya que para un
investigador es muy difícil conocer una comunidad sin el concurso y
el apoyo de personas que pertenezcan a un grupo o comunidad.
Un investigador que utiliza esta modalidad, debe sufrir un
verdadero proceso de socialización en el grupo que está
investigando. Y en torno a este proceso surgen preguntas
interrogantes sobre lo que se debe mirar y escuchar, dónde y cómo hacerlo. Naturalmente todo ello depende muchas veces de los
objetivos que se planteen. Veamos, a juicio de los investigadores
norteamericanos J. P. Goetz y M. D. Lecompte, que tipos de
preguntas acostumbran hacerse los sociólogos y antropóiogos en
los instantes de enfrentarse con el estudio de la realidad en su
concepción de observación participante:
“1. ¿Quiénes están en el grupo o en la escena? ¿Cuántos y
cuáles son sus tipos, identidades y características relevantes?
¿Cómo se consigue ser miembro del grupo o participa escena?
2. .¿Qué está sucediendo aquí? ¿Qué hacen los individuos del
grupo o de la escena y qué se dicen entre sí?
a. ¿Qué comportamientos son repetitivos y cuáles
anómalos? ¿En qué acontecimientos, actividades o
rutinas están implicados los individuos? ¿Qué
recursos se emplean en dichas actividades y cómo
son asignados? ¿Qué contextos diferentes es posible
identificar?
b. ¿Cómo se comportan las personas del grupo
recíprocamente? ¿Cuál es la naturaleza de la
participación y de la interacción? ¿Cómo se
relacionan y se vinculan los individuos? ¿Qué status
y roles aparecen en su interacción? ¿Quién toma qué
decisiones y por quién? ¿Qué organización subyace
a todas estas interacciones?
c. ¿Cuál es el contenido de sus conversaciones? ¿Qué
tema, anécdotas e informaciones intercambian?
¿Qué lenguajes verbales y no verbales utilizan para
comunicarse? ¿Qué creencias patentiza el contenido
de sus conversaciones? ¿Qué estructuras tienen sus
conversaciones? ¿Qué procesos reflejan? ¿Quién
habla y quién escucha?
3. ¿Dónde está situado el grupo o la escena? ¿Qué
escenarios y entornos físicos forman sus contextos? ¿Con qué
recursos naturales cuenta el grupo y qué tecnologías crea o utiliza?
Cómo asigna y emplea el espacio y los objetos físicos? ¿Qué se
consume y qué se produce produce? ¿Qué sensaciones visuales, sonoras, olfativas y auditivas, y qué sentimientos se detectan en los
contextos del grupo?
4. ¿Cuando se reúne e interactúa el grupo? ¿Con qué
frecuencia se producen las reuniones y cuánto se prolongan? ¿En
qué modo el grupo conceptualiza, emplea y distribuye el tiempo?
¿Cómo perciben los participantes su pasado y su futuro?
5. ¿Cómo se interrelacionan los elementos identificados tanto
desde el punto de vista de los participantes como la perspectiva del
investigador? ¿Cómo se mantiene la estabilidad? ¿Cómo surge y es
orientado el cambio? ¿Cómo se organizan todos estos elementos?
¿Qué reglas, normas o costumbres rigen en la organización social?
¿Cómo se relacionan este grupo con otros grupos, organizaciones o
instituciones?
6. ¿Por qué funciona el grupo como lo hace? ¿Qué
significados atribuyen los participantes a su conducta? ¿Cuál es la
historia del grupo? ¿Qué símbolos, tradiciones, valores y
concepciones del mundo se pueden descubrir en él?.
Naturalmente ningún investigador logra abordar esta larga y
variada gama de cuestiones, pero esta larga y extensa lista de
preguntas nos pone de manifiesto todo el cúmulo de posibilidades
que surgen en torno al tipo de información que se puede obtener a
través del proceso de la observación participante.
Pero si bien la observación participante tiene grandes ventajas,
posee numerosas desventajas y enfrenta algunos problemas
básicos. Uno de ellos es la reacción de las personas que conocen al
observador y cuya cercanía emocional, puede afectar la neutralidad
que debe existir en el instante recoger la información. Para algunos
se hace muy difícil obligar a un observador a asumir dos roles
diferentes, el de observador y el de observado, el de actor y
espectador de los acontecimientos investigados. Para otros, "el
hacer parte de un hecho o intervenir en él", exige un compromiso tal que lleve a la comunidad
a aceptarlo física, social y emotivamente como “participante”, lo cual
obliga al observador a identificarse con lo observado y prescindir de
todo extrañamiento o alejamiento para alcanzar ciertos niveles de
objetividad en los hechos observados.
Algunos investigadores que utilizan este procedimiento, para
evitar estos problemas recomiendan que el investigador realice su
trabajo con personas desconocidas, o sea las personas no deben
conocer al investigador para evitar las limitaciones anteriores. El
sociólogo norteamericano Raymond Gold nos habla de 3 formas de
participación o de actitud del observador frente a los hechos y a las
personas observadas:
La participación completa, que se refiere al tipo de observador
completamente desconocido para las personas que investiga . Aquí
el investigador se integra a una comunidad o a una actividad
determinada, sin que las personas se percaten de su verdadera
identidad, ya que su investigación corre peligro si es
descubierto. Los riesgos son los mismos señalados anteriormente:
el lograr separar y distanciar los roles de actor y espectador de estas
experiencias.
El participante observador, donde sólo algunas personas
conocen la verdadera identidad del investigador, es decir, el
observador cuenta con algunos "cómplices" dentro del grupo, que lo
ayudarán en esta doble función de observador y observado. Para
algunos no hay peligro de que el investigador se integre y se
identifique con el grupo, y pierda su perspectiva investigativa, ya que
este rol puede ser asumido por los otros miembros del grupo.
El observador completo no se involucra emocionalmente con el
grupo, sino que conserva completamente su condición de
investigador. Se vincula a un grupo como tal para familiarizarse con
él y lo conozcan, con lo cual evita identificarse emotivamente, pero
se enfrenta con el riesgo de limitar sus capacidades para entender y
comprender lo observado.
La adopción de algunas de estas 3 variantes de participación
del observador, va a depender específicamente de las condiciones
objetivas que existen en el terreno de la investigación, ya que ello va a estar condicionado al tipo y calidad de informantes
que se tenga en una comunidad o en un grupo observado, al grado
de aceptación que tenga el investigador en el grupo observado.
No se debe entender que la actividad de "observar” y de
"participar" se comprenderá en el sentido estricto de la palabra, ya
que el observador no sólo percibe por medio de la visita, sino que
utiliza otras técnicas como la entrevista, la encuesta y la revisión de
documentos, así como el hecho de “participar" tiene un sentido más
formal que real, ya que de lo contrario desaparecería su condición
de investigador a los hechos que investiga.
Uno de los primeros pasos que da el investigador en el proceso
de la observación participante es naturalmente la búsqueda y
selección de todo el conjunto de informantes que a su juicio deberá
observar y conocer con el propósito de recopilar la información. El
siguiente paso corresponde a la definición del tipo o formas de
participación que tendrá el investigador. No tiene que olvidar que el
objetivo principal del investigador es recoger datos y no debe
apartarse de este propósito, de lo contrario deben buscarse otras
condiciones mejores. Tampoco hay que olvidar que el acto de
observar activamente tiene muchos aspectos complejos y
contradictorios, que generalmente el observador pertenece a otro
ámbito diferente al que observa y está obligado primero a
ambientarse en un contexto social, cultural o físico que no es el
suyo.
Pero si bien uno de los aspectos más difíciles de la
observación participante es precisamente la definición y la
implementación de los tipos, grados y formas de participación que
debe adoptar el investigador, no es engorroso el registro de la
observación realizada, que tratándose de una observación activa, el
asunto se complica aún más. ¿Qué criterios se deben adoptar en
las actividades propias del registro de esta información? Se debe
partir de dos preguntas básicas:
— Cuándo debe el observador tomar notas
— Dónde y cómo debe registrar esas notas
a. Cuándo debe el observador tomar notas
¿Cuándo debe tomar notas el investigador? ¿Durante o
después de la observación? ¿Global o particularmente? Si partimos
del supuesto de que el observador va a tener a mano su cuaderno o
libreta de notas, éste debe registrar sus observaciones en el lugar y
tiempo de ocurrencia, ya que si lo hace después, muchos detalles se
pueden olvidar. En cualquier tipo de investigación, sea participante
o no, debe esforzarse por niveles de naturalidad en las diversas
situaciones, los cuales faciliten el proceso de observación. De
cualquier forma hay que evitar reacciones adversas o negativas
entre las personas observadas y delimitar la dualidad de trabajo,
compartida entre el observar y el anotar lo observado, lo cual
dificulta el registro de los sucesos. Algunos investigadores para
superar esta dualidad, optan por distribuir el trabajo entre dos
personas o más personas, cuyas anotaciones se integran
posteriormente en una.
b. Dónde y cómo deben registrarse estas notas
Los instrumentos que se utilizan en la observación participante
para registrar lo observado, son casi los mismos que en el caso de la
observación no participante, así como los procedimientos y técnicas
para hacerlo. Son los siguientes:
- Diario de campo
- Cuaderno de notas
- Cuadros de trabajo
- Mapas
- Dispositivos mecánicos de registro
Diario de campo
Un diario de campo
es una narración minuciosa y periódica las
experiencias vividas y los hechos observados por el
investigador. Este diario se elabora sobre la base de las notas
realizadas en la libreta de campo o cuadernos de notas que utiliza el
investigador para registrar los datos e información recogida en el campo de los hechos. Algunos sociólologos y
antropólogos acostumbran realizar un registro diario d servado a
nivel de borrador y para ello utilizan una taquigrafía personal, que
después redactan y ordenan. En ni» mentó se debe confundir este
tipo de diario con lo literarios a que nos tienen acostumbrados
algunos escritores, que son más autobiografías que una descripción
de hechos, experiencias y situaciones observadas. En un diario de
campo se deben eliminar los comentarios y análisis subjetivos deben
conservar el rigor y la objetividad que exige un documento de este
tipo.
Cuaderno de notas
No es otra cosa que una libreta que el observador lleva en su
bolsillo y donde anota todo lo observado. Al decir todo, incluimos el
conjunto de informaciones, datos, expresiones, opiniones, hechos,
croquis, etc., que pueden constituirse en una valiosa información
para la investigación. En ningún momento se debe cometer el error
de seleccionar la información en el instante en que se observa, ya
que la rapidez perceptiva que exige el ver y el anotar, impide asumir
una actitud selectiva. Este proceso selectivo se realizará con
posterioridad al trabajo de recolección. Todas estas notas y E
realizados, se incorporarán al diario de campo.
Cuadros de trabajo
Cualquier procedimiento gráfico que sirva para organizar,
sintetizar o registrar los datos observados puede ser útil como por
ejemplo, planillas, cuadros, columnas, etc. Estos cuadros pueden
servir para registrar datos que provienen de los hechos que no
proceden de la observación directa del investigador, actitudes y
opiniones de las personas observadas o para registrar el
funcionamiento o la situación de organizaciones, instituciones o
grupos investigados.
Mapas
Este tipo de medios son muy útiles cuando se realiza una
investigación que abarque cierto espacio geográfico o topográfico
donde se ubiquen algunas situaciones o hechos vinculados a la
investigación. Para guiar u organizar las observaciones, o en su
defecto registrar algunos datos relacionados con estos espacios, se
acostumbra usar algunos mapas, levantamientos, plantas o croquis
que serán muy valiosos como medios auxiliares del investigador.
Dispositivos mecánicos
En otras oportunidades se acostumbra realizar un registro
sonoro, fotográfico o fílmico de los diversos aspectos
observados. Naturalmente la presencia de una grabadora, de
cámara fotográfica o filmadora puede producir una actitud
desfavorable en las personas o en el grupo, ya que a la gente
muchas veces no le gusta que quede grabado o registrado lo que
hace o diga sobre las cosas o las personas.
La observación no sistemática o inestructurada
Es aquella observación que se efectúa de manera abierta, sin
estructuración, asistemática y sin el uso de instrumentos especiales
para recoger los datos. Es la modalidad favorita de la investigación
cualitativa y es particularmente usada por los sociólogos,
antropólogos y etnógrafos en sus investigaciones de campo, donde
se busca por medios más directos, el conocer con cierta profundidad
algunas realidades de las personas, los grupos y las
comunidades. Algunas veces se utiliza como de exploración y de
indagación, con el propósito de encontrar algunas orientaciones o
definir algunas prioridades que sirvan de base o de punto de partida
para investigaciones posteriores.
¿Qué situaciones o aspectos prioritarios debe considerar este
tipo de observación? Aunque ello puede variar según los propósitos
y el tema de la investigación, existe un ordenamiento mínimo, o sea
de ninguna manera es una actividad anárquica y caótica, porque de lo contrario dejaría de ser
científica. Aunque el orden de estos contenidos puede cambiar en
cada caso, los investigadores que utilizan esta técnica acostumbra
hacer énfasis en los siguientes aspectos:
Participantes: edad, sexo, profesión, relaciones,
organizaciones donde se ubican, etc.
Ambiente: características sociales, psicológicas o físicas
del ambiente o de la situación donde tiene lugar.
Objetivo: finalidad o propósito.
Comportamiento: forma de desenvolverse de los
participantes.
Frecuencia y duración: número de ocasiones en que tiene
lugar la situación.
Aunque el proceso y las técnicas propias de la observación
tienen aspectos comunes aun entre las estructuradas y las no
estructuradas, los especialistas reconocen que muy difícil establecer
un patrón único o una frontera entre una y otra, ya que en general la
mayoría de los investigadores utilizan indiscriminadamente técnicas
y procedimientos que hacen parte de las dos modalidades. En
algunos hay menos o más sistematicidad, más o menos rigor en la
utilización de ciertas técnicas, lo cual dificulta cualquier precisión
terreno.
En lo que sí están de acuerdo los expertos es en que las
dificultades para tabular, analizar e interpretar la información
recolectada, aumentan proporcionalmente en la medida en que los
procedimientos son menos estructurados y sistemáticos.
La observación etnográfica
La mayor dificultad para precisar un modelo y un procedimiento
único de observación en el campo de la etnografía es el hecho de que los propios etnógrafos adopten modalidades muy
particulares y propias, lo cual hace muy difícil hablar propiamente
dicho de una "observación típicamente etnográfica”. En lo que sí
están de acuerdo todos es que se le considera el instrumento
principal en la investigación etnográfica, cualquiera que sea la
modalidad de observación que se adopte. Por medio de la
observación el etnógrafo trata de registrar todo lo que sucede en el
contexto donde investiga. De ahí que formen parte de su proceso
de su proceso de observación, los siguientes aspectos:
- El escenario físico
- Características de los participantes
- Ubicación espacial de los participantes
- Secuencia de los sucesos
- Interacciones y reacciones de los participantes
- Otros aspectos.
Al igual que otras modalidades cualitativas, la investigación
etnográfica se realiza sin hipótesis o categorías preestablecidas,
salvo que sean del tipo operativo, con el propósito de evitar
preconcepciones que a juicio de los expertos pueden alterar o
preenjuiciar el proceso de observación. Este hecho no es aceptado
por muchos investigadores, ya que ello puede derivar en un
empirismo puro, donde se niega todo valor a la teoría como
fundamento y consecuencia final de una investigación
científica. Pero, si bien en la modalidad etnográfica la observación
tiene una dimensión eminentemente operativa, de sus partidarios, en
ningún momento prescinde de la teoría, ya que ésta surge y se
plantea con plenitud después proceso operativo de la
investigación. O sea, la teoría surge como consecuencia de la
observación.
Tampoco la observación etnográfica prescinde, como algunos
pretenden, de un orden y de un plan metodológico y operativo
determinado. A diferencia de la investigación tradicional, en esta
modalidad etnográfica, el plan de trabajo es flexible y éste puede ser
sobrepasado por el curso de los acontecimientos y de los hechos
que se investigan. Este podrá ser modificado si las exigencias y
necesidades de la investigación así lo determinan.
Dentro de las variantes de la observación, no hay duda de que
la participante tiene una enorme importancia en el trabajo
etnográfico y particularmente en la recogida de datos ya qué el
etnógrafo pasa la mayoría de su tiempo con los individuos que
estudia y en cierta medida, vive del mismo modo que ellos. Toma
parte en su existencia cotidiana y refleja sus interacciones y
actividades en notas de campo que toma en el momento e
inmediatamente después de producirse los fenómenos. En las notas
de campo, el etnógrafo acostumbra incluir comentarios
interpretativos basados en sus percepciones.
Otros tipos de observación
Aunque para algunos estudiosos de la metodología
investigativa, las clasificaciones de los diversos tipos de observación
se pueden reducir a las modalidades estructurales o no
estructuradas, participantes o no participantes, en cambio para otros
son ilimitadas las formas que ha adoptado la observación en
diversas disciplinas científicas y áreas de conocimiento, de ahí que
exista una clara diferencia entre el tipo de observación usada en los
fenómenos sociales, psicológicos, químicos, biológicos o físicos.
En psicología se utilizan algunas variantes de la observación
interna y externa, que usualmente se conocen con el nombre de
extrospección e introspección. La instrospección se refiere a la
acción y efecto de observarse internamente a sí mismo. Su opuesto
en psicología, como método, es la extrospección, o sea la
observación externa. Algunas escuelas psicológicas consideran la
introspección como el único miento para captar lo psíquico. La
contemplación de la vivencia mientras se está produciendo o a
través de la representa el significado habitual del término, o por lo
menos tal como lo conciben la mayoría de los psicólogos. Si bien en
su primera etapa el instrospeccionismo se constituyó en uno de los
métodos fundamentales de la investigación psicológica, con el
desarrollo de la psicología clínica y las limitaciones que tenía en el
caso del niño, debido a los problemas para autoobservarse y aportar
información sobre su realidad interna, la introspección u observación
interna perdió terreno.
Pero si bien en la actualidad no tiene la importancia que tuvo hace
años atrás como procedimiento de investigación y de estudio, de
ninguna manera ha desaparecido como tal, ya que hoy en día
algunas variantes de esta modalidad son utilizadas con éxito por la
investigación etnográfica y en los estudios de casos en la sociología
y antropología.
Una de las formas de la observación interna más usadas es sin
lugar a dudas la autobiografía, que en el estudio de casos se
denomina diario de vida o diario personal (en la antropología), diario
de campo en la pedagogía. En la autobiografía el sujeto narra
algunos aspectos o épocas trascendentes de , o en general, su vida
misma. Ella ayuda a penetrar en aspectos íntimos y que de hecho
han incidido en la vida de los sujetos. Para que la autobiografía
refleje lo que verdaderamente piensa o siente determinado sujeto
acerca de sí mismo, hay que crear las condiciones necesarias para
que dicho sujeto se sienta motivado hacia esta actividad. La
franqueza de él en su autobiografía, se garantizará en gran medida
si se establecer una adecuada relación con el investigador. ¿Qué
aspectos debe incluir esta autobiografía? En general se incluyen los
siguientes:
• Las motivaciones fundamentales del sujeto.
• Sus principales frustraciones.
• La reacción ante las frustraciones.
• Sus éxitos.
• Sus proyecciones futuras.
• Los acontecimientos y hechos más relevantes de su
vida social, cultural, económica, psicológica, educativa
y recreativa.
• Su opinión de las personas que lo rodean.
• Su opinión del medio social y cultural.
• Su deseos.
• Sus críticas personales.
• Sus autocríticas, etc.
Naturalmente la autobiografía nunca puede prescindir de otros
procedimientos, los cuales servirán para comprobar y ratificar
muchos datos e información obtenida a través de ella. De ahí ésta
se combine con la observación externa, entrevistas y otros métodos,
los cuales servirán para constatar si el individuo se comporta así o es en la práctica como plantea en su
autoanálisis.
En una observación psicológica, donde se aspira por ejemplo a
estudiar el "clima psicológico" existente en grupo, el investigador se
deberá auxiliar de una guía cuyo contenido va a depender de lo que
se está investigando. Para el caso del "clima psicológico", se
incluirían los siguientes índices:
— Las relaciones de simpatía y antipatía que se
establecen entre los miembros del grupo durante la
ejecución de las distintas actividades.
— La cooperatividad que manifiestan los miembros del
grupo.
— Si hay miembros pasivos que permanecen aislados.
— Si existen algunos miembros que actúan como jefes o
líderes al realizar diversas actividades.
— En qué forma el responsable, jefe o líder de grupo,
plantea las tareas por realizar: dominante, democrática,
etc.
— El tipo de relaciones que se establecen entre el maestro
y los alumnos entre padres e hijos, entre adultos y
niños, etc.
La observación externa correspondería a lo que en psicología
se denomina extrospección. Se trata de una modalidad donde el
observador es ajeno y extraño al objeto que se observa o
estudia. Es la observación que se realiza a elementos objetivos y
externos de un fenómeno, con vista a ofrecer una interpretación o
explicación de su naturaleza interna.
Los sociólogos empiristas y los conductistas convirtieron la
observación externa en su principal técnica de investigación, ya que
parten del supuesto de que esta modalidad les asegura una mayor
objetividad en el proceso de investigación. Particularmente los
partidarios del conductismo y del behaviorismo entraron a mistificar
una técnica que fue utilizada particularmente en la observación de la conducta y del comportamiento humano.
También en el campo de la psicología y de la pedagogía, es
muy común el uso del procedimiento denominado observación
clínica, la cual es directa, práctica y está sujeta a los indicadores y
categorías propias de escalas preestablecidas que orientan y
ayudan en el proceso de observación. Se trata de que por medio de
una escala o cuadros de comportamiento posibles, los sujetos de
observación se sitúen en condiciones idénticas, facilitando así la
conformación de ciertas reacciones que le son
propias. Generalmente estas guías de observación comportamiento
incluyen los siguientes comporta-s e interpretaciones posibles:
- Antes de la observación (sondeo y etapa preliminar).
- En el comienzo de la observación.
- En relación con las tareas y actividades que se
promueven como factor de inducción.
- Durante el proceso de observación.
- Al final del proceso de observación.
Como sabemos, el término "clínico" proviene de la medicina y
está ligado al enfermo y al diagnóstico que el médico de la
enfermedad de éste sobre la base de algunos síntomas o
indicadores externos que se combinan y se interpretan con el
propósito de sacar algunas conclusiones básicas sobre el tipo de
enfermedad y las causas que la producen.
Aquí corresponde diferenciar lo que para muchos se refiere a lo
mismo: la observación de tipo clínico y la experimental, ambas
utilizadas en la investigación experimental y en la comprobación de
hipótesis. Lo que diferencia esencialmente la actitud “experimental”
de la actitud "clínica", es primera, mediante una operación, busca un
factor concreto para una situación determinada, y ese factor
generalmente es cuantificado o reducido a una expresión
numérica. Por ejemplo, la edad mental, el grado de una aptitud o
puntos madurez en un ser humano. En cambio, en la observación
clínica debemos reunir cierto número de señales, formular varias
hipótesis, excluir las menos probables, para admitir finalmente la que
creamos exacta. Es cierto que las dos actitudes no se excluyen
mutuamente. El médico para aclarar un diagnóstica, pide exámenes de laboratorio o experimentales; el
psicólogo clínico también acostumbra utilizar recursos
operacionales. Por otro lado, la aplicación de una prueba
psicológica de contextura típicamente experimental, nos lleva a
observar también en forma "clínica", pues al margen de las
condiciones bien determinadas en que esa prueba será más fácil
notar por la confrontación, ciertas diferencias de comportamiento
entre individuos sometidos a examen.
Dentro de las técnicas sociométricas utilizadas por el psiquiatra
y el sociólogo Jacobo L. Moreno y sus partidarios, la observación
del tipo estructurada tiene una enorme importancia. La sociometría
que engloba todas las técnica todos que tienen por propósito
fundamental el medir tos sociales e interpersonales. En general
aspira a cuantificar los hechos y comportamientos sociales, y para
ello utiliza una variante de la observación directa, sobre la base de
una guía de observación estandarizada. Esta modalidad se
acostumbra utilizar en la microinvestigación en el salón de clases
donde el profesor observa la actitud de sus alumnos ante sus
compañeros y ante él mismo. Este tipo de observación se centra
principalmente fuera y dentro del salón de clases, y se utiliza un
cuadro de doble entrada para registrar las elecciones y los rechazos
que es muy propio de algunos tests sociométricos, y que es
complementado con otras observaciones que no han sido
contempladas o previstas en la guía de observación.
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